Tener control sobre
nuestras acciones, pensares, y (si tenemos suerte) sentimientos es
quizás un ideal al que como seres humanos aspiramos; qué hacemos
para conseguirlo? Y en qué punto es que muchos pierden el rumbo,
convirtiéndose en sutiles opresores que en más de una historia
terminan siendo violentos controladores?.
Según Freud, las etapas
de crecimiento del hombre han de pasar por varias etapas, estas en su
maduración contienen el pase a la siguiente cada vez. Las etapas son
reconocidas con títulos que las ilustran perfectamente: Oral, anal,
fálica, y genital.
Nosotros entenderemos
estas fases de la siguiente manera:
Oral. Es la primera, es
en esta en la que se tiene el primer acercamiento con el mundo,
comienza a madurarse una comunicación casi animal, y a entender
mientras dura, la capacidad primaria de control. Los niños
comprenden que es a través de la boca que pueden solicitar cuidados,
y es también a través de la boca que pueden alimentarse.
Se dice que cuando esta
etapa no se madura bien se nota en personas que en lugar de tener una
buena comunicación sólo hablan a gritos, y muchas veces son los
mismos que no pueden controlar sus vicios (fumar, comer, beber,
hablar, etc.)
Anal. Físicamente esta
se ve representada en el momento en que el sujeto se descubre capaz
de controlar sus esfínteres, cosa que también le hace madurar las
capacidades de ir convirtiéndose en un individuo.
La aprehensión es el
rasgo que distingue a quienes no logran abandonar bien esta etapa.
Fálica. Freud no
distingue sexo, ya que su argumento es que los niños tampoco lo
hacen. Esta etapa se distingue por una necesidad de demostrar la
fuerza, y es quizás en esta en la que comienzan a diferenciarse los
rasgos sexuales de cada persona.
Quienes se quedan
atrapados en esta etapa muestran claramente una necesidad de oprimir,
de pasar encima de los demás, de demostrar a cada momento su poder,
utilizando para esto cualquier pretexto (política, religión,
machismo, feminismo, y una infinidad de ismos que sirven para
confrontar y/o aplastar)
Genital. Se dice que esta
comienza cuando en el cuerpo comienzan a desarrollarse y madurar los
órganos sexuales.
Más allá de lo físico,
podemos entender que quienes han llegado a esta etapa se descubren
capaces de crear, de combinar lo aprendido en las anteriores etapas
para vivir, y no sólo sobrevivir.
Podríamos pensar que por
ritmo natural todos al llegar a la edad madura (que es un invento
social aplicado según la cultura que lo blande) pero la realidad que
nos rige es otra.
Somos animales que desde
el útero buscamos la comodidad, comodidad al gestar, comodidad al
nacer, comodidad al crecer. Y es esto lo que hace que una gran
mayoría a pesar de avanzar en la contabilidad de años vividos, vaya
buscando acomodarse en alguna de las etapas de maduración que antes
hemos descrito, y que teman avanzarlas hasta llegar a la genital.
Cómo podemos ver las
anteriores etapas están llenas de una necesidad de control, y más
que autocontrol, el buscado es aquel que como fin tiene atraer hacia
si un beneficio (por instantáneo que parezca) y a la vez permite
culpar a otros de la propia incapacidad de crecer, formando así un
círculo vicioso en el que entre, gritones, aprehensivos, y forzudos
van buscando entre los suyos a quien avasallar, y mantenerse así
hasta que toca estar abajo. En estos círculos se crean fantasías
sin respaldo de realidad, pero se cree en ellas como un universo
tangible.
En cambio la creación
implica no sólo un bien propio, pues los avances personales tienen
cada vez un beneficio para quienes nos rodean, y esto se va
convirtiendo en un efecto mariposa del que difícilmente podremos ver
su afección final; y sin embargo se mueve.
Para la creación hay
muchos caminos, y muchos otros que están por ser construidos, y en
el proceso de construcción de la mayoría de ellos lo único que
será destruido es el vació que está esperando ser ocupado por un
sueño realizado.
La necesidad de controlar
a nuestros semejantes es simplemente un muestra de falta de valor y
exceso de comodidad. La verdadera evolución personal cuesta, y está
plagada de obstáculos que al paso se convierten en gustos y buenos
recuerdos.