Libertad=Respeto y Responsabilidad.
La doble “R” de la libertad es quizás
la más importante de las fórmulas para vivir en libertad (verdadera), ya que
sin esta combinación de conceptos resulta imposible exigir lo que no somos capaces
de ofrecer.
El respeto se convierte en una regla básica
de convivencia. Quien se conoce, se acepta y, a diario se descubre, es alguien
que se respeta. Esto a la vez le convierte en respetable; por lo tanto se obvia
que es un ser respetuoso. Alguien con estas cualidades en el cimiento de la construcción
de su personalidad se convierte automáticamente en el detonador de una buena
convivencia, más aún si este individuo es capaz de contagiar a sus similares
mientras promueve una dinámica social saludable que finalmente se convertirá en
caldo de cultivo de proyectos capaces de dar sustento a toda la vida de una
comunidad.
Según wikipedia:
El respeto es
la consideración que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se
establece como reciprocidad: respeto mutuo, reconocimiento
mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía y
otras ciencias sociales como
la antropología, la sociología y la psicología.1
El
respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el
reconocimiento del mismo como entidad única2 que necesita que se comprenda al otro.3 Consiste en saber valorar los intereses y
necesidades de otro individuo en una reunión.4
Y es aquí donde además de descubrir
las posibilidades que ofrece la vida gregaria nos volvemos capaces de entender
el grave error que es atender y aprender el discurso que trata de convencer de
que la Tolerancia es lo mejor que puede acontecer a la humanidad, pues se
revela que tolerar es un lastre capaz de mantener a grupos sociales enteros
sumidos en la duda que surge de la irresponsabilidad.
Según wikipedia:
La responsabilidad es
un valor que
está en la conciencia de
la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las
consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.
Una
vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), se establece la magnitud de
dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera más positiva e integral.
La
persona responsable es aquella que actúa conscientemente siendo él la causa
directa o indirecta de un hecho ocurrido. Está obligado a responder por alguna
cosa o alguna persona. También es el que cumple con sus obligaciones o que pone
cuidado y atención en lo que hace o decide. En el ámbito penal, culpable de alguna cosa, acto o
delito. En otro contexto, es la persona que tiene a su cargo la dirección en
una actividad.
Es entonces grave obligación entender
el concepto de responsabilidad.
Ser responsable es ser consciente de
las capacidades y limitaciones que nos forman, saber que estas nos dotan a la
vez de una serie de obligaciones, y claro está, de derechos. Estos últimos deben
ser defendidos (algo que obviamos) y que también nos aclara la realidad sobre
algo que pretendemos ignorar, y es que la manera de defender esos derechos es
primero cumpliendo con todas las obligaciones, esas que por naturaleza nos son
inherentes.
No hay que protegerse con prejuicios,
ya que en buena parte estas obligaciones ofrecen gran flexibilidad en su aplicación,
y son fuente de muchos beneficios.
Viéndolo así, la libertad pierde sus equivocadas
imágenes (por un lado jaula de oro, por el otro una criatura salvaje), y se
convierte en algo tan natural, tan accesible que podemos considerar estúpido no
buscar acceder a ella.
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